Ana de Armas regresa a la Raspadura
¿Qué otra motivación podría llevarla a rebajarse desde la realeza californiana al nivel de la chusma holguinera, sino una empecinada lealtad de pionera?
Ana de Armas y Manuel Anido en una apasionante comedia sociopática, ¡como para alquilar balcones! Pero ¿dónde se conocieron esos seres que en uno quemándose mueren? Alguien tuvo que haberlos empatado, algún miembro de la contrainteligencia tuvo que calcular la jugada para que el muchacho de Lis entrara en la fábrica de sueños de la mano de la doble de Marilyn, lo cual convierte a la Machi, instantáneamente, en la Pantera Rosa…