¡Pellízquenme! NDDV finalista de la Beca Cintas 2024 en escritura creativa
La otra vez que concursé era 1984
A la foto mía que aparece en la cuenta X de la Cintas Fellowship le falta un cacho. La tomó mi cuñado Mandi Correa en el Metropolitan en 2023 y creo que expresa todo lo que hace falta saber sobre de lo que estoy escribiendo en la actualidad y sobre lo que he escrito siempre.
Reescribo una novela en cuartetas (o reescribo en cuartetas una novela), que pronto será, serán (Cintas mediante), los textos gemelos de Fidelia. Necesito plata para escribir en paz, como cualquier hijo de poeta.
Mi amigo César Pérez recién ha publicado La capital del sol, una obra de teatro —también en versos— situada en una utopía menos encandilada que la Civitas Solis de Campanella. El metro y la rima se han popularizado, y de tal manera que ya bajan del Parnaso al Palacio de los Jugos, relanzados por rimadores de la talla de Legna Rodríguez, Pablo de Cuba y Gleyvis Coro Montanet. Antes de ellos estaba el bárbaro del ritmo: Orlando González Esteva. Lo cual me asusta y me pone fecha: ¿quién me iba a decir que vendría a ser parte de una tradición?
En 1984 concursé a la Cintas con mi primer libro, publicado en una máquina Xerox e ilustrado con mis xerografías. Heberto Padilla escribió una de las cartas de recomendación. Le había gustado mi poemario. Lo leyó de un tirón (eran 50 páginas) una tarde de borachera en un condo de South Beach y hasta se ofreció a publicarlo.
Aquel libro antiguo, presentado a la beca como proyecto, junto a los textos de “La Edad de Piedra”, no ganó nada, pero andando el tiempo sería rescatado por Francisco Dos Santos de Lumme Editores, en 2017, en una bella edición .
Comparto con mis lectores y mis colegas este soneto de Cuna del pintor desconocido, escrito en el downtown de Miami en 1996, que va muy bien con la foto de arriba.
AUTORRETRATO EN EL FONDO DE UN CÁLIZ Un artista entre artistas, yo me mido en sus sombras; no hay nada más sensato que encontrarle la cuarta pata al gato ni es menos lo que tengo o lo que pido. Todo está dicho ya; ni me debato en las grandes cuestiones ni he vivido y en saber lo que ignoro se me ha ido la vida: soy un clásico barato. Ser o no ser, quizás soñar a veces el eterno retorno de lo mismo. Podré multiplicar panes y peces, o en un acto supremo de egoísmo apurar la cicuta hasta las heces: pero todo en el fondo es espejismo.
¡Mucha suerte, mi amigo! Quisiera leer esa novela en cuartetas.
Bravissimo!